Saturday, June 22, 2013
Thursday, September 22, 2011
Tuesday, September 20, 2011
A pura sangre
Las personas siempre estamos próximas a realidades ilusorias. Formamos parte de ese mar de creencias que al fin y al cabo, no es más que otra nuestra. Lo que queremos ser, somos. Para bien o para mal. Pero no lo que deberíamos ser. Creo que todos llevamos un poco de muchos en nuestro interior.
Nos hubiese gustado ser alguna vez un viejo loco y compartir miles de aventuras junto a algún fiel amigo Sancho. Combatir la suerte diaria, que el soplo del destino arrastra hacia cualquier punto cardinal, como si lucháramos contra gigantes de viento.
Sería hermoso recorrer este mundo de la mano de la locura. Aquella tierna y sincera que va más allá de cualquier error de la realidad. Una existencia que cuesta demonios disfrutar y que es horrorosa cada día más. Pero solo un poco de la que se anhela constantemente alcanzar por completo.
Es ahí cuando caemos en cuanta que al vernos al espejo no somos más que ese añejo Rocinante, que nos observa perdido entre el delirio colectivo. Somos esa despreciable laya escuálida e inútil de la especie que no busca más que amor y no acierta consuelo en esta certidumbre.
Sería magnifico tomar la libertad con alas que nos permitan recorrer los más infinitos caminos estelares. Volar hacia donde más deseamos. Sin confines. Sin estribos. Y ser ese Pegaso que se funde en el firmamento para inmortalizar su vuelo en alguna mirada fugaz. Unas alas gigantes para escapar de todo lo malo que nos pueda alcanzar, cuando solos deseamos estar.
El camino a la felicidad se abre paso a paso para todos y en aquellos pequeñísimos tramos vamos sembrando angustias, dichas, ausencias, causas y efectos. Cual unicornio que con su particular belleza encandila de suerte aquellos ojos que lo deseen mirar. Expresión azulada que nos permite aferrarnos a la verdad. Aquella que sabe purgar la esencia animal.
Nuestra parte bestial nos manipula en cada reto de vida. La capacidad de raciocinio es inutilizable por ese maldito instinto de nuestra mitad no humana.
Pues, no somos más que ese centauro que en cada uno de sus pasos causa miedo y enfermedad a la tierra habitada. La testarudez, nuestras idas y vueltas no nos permiten despegar los pies de esta turbulenta posesión.
Esa mitad es la que hiere, es la que no especula y procede manejando los hilos de este planeta últimamente poco habitable. Cada trozo de vida, de esperanza, de luz, es oprimido por la irracionalidad tuya, de él y mía.
En fin, cualquiera forma un poco de ese todo. Poseemos esa la maravillosa capacidad de comunicarnos y emitir ese sonido que últimamente nos resulta algo molesto. Preferimos el silencio como canal. Volar, de esta aparente realidad, y dejar todo atrás no nos ayuda demasiado. La sencillez y la humildad es lo que precisamos para poner el pecho a la adversidad. Culminar con ese ser de carga, que va por la vida recogiendo las miserias que el hombre abandona en cada esquina.
¿Quién nos cataloga de malogrados? ¿Qué nos impide desplegar nuestras alas? ¿A quién le resulta imposible soñar? ¿Dónde están escritos nuestros límites? Ya ningún paso nos separa de la brutalidad. Es instinto. Es una cuestión de pura sangre.
Nos hubiese gustado ser alguna vez un viejo loco y compartir miles de aventuras junto a algún fiel amigo Sancho. Combatir la suerte diaria, que el soplo del destino arrastra hacia cualquier punto cardinal, como si lucháramos contra gigantes de viento.
Sería hermoso recorrer este mundo de la mano de la locura. Aquella tierna y sincera que va más allá de cualquier error de la realidad. Una existencia que cuesta demonios disfrutar y que es horrorosa cada día más. Pero solo un poco de la que se anhela constantemente alcanzar por completo.
Es ahí cuando caemos en cuanta que al vernos al espejo no somos más que ese añejo Rocinante, que nos observa perdido entre el delirio colectivo. Somos esa despreciable laya escuálida e inútil de la especie que no busca más que amor y no acierta consuelo en esta certidumbre.
Sería magnifico tomar la libertad con alas que nos permitan recorrer los más infinitos caminos estelares. Volar hacia donde más deseamos. Sin confines. Sin estribos. Y ser ese Pegaso que se funde en el firmamento para inmortalizar su vuelo en alguna mirada fugaz. Unas alas gigantes para escapar de todo lo malo que nos pueda alcanzar, cuando solos deseamos estar.
El camino a la felicidad se abre paso a paso para todos y en aquellos pequeñísimos tramos vamos sembrando angustias, dichas, ausencias, causas y efectos. Cual unicornio que con su particular belleza encandila de suerte aquellos ojos que lo deseen mirar. Expresión azulada que nos permite aferrarnos a la verdad. Aquella que sabe purgar la esencia animal.
Nuestra parte bestial nos manipula en cada reto de vida. La capacidad de raciocinio es inutilizable por ese maldito instinto de nuestra mitad no humana.
Pues, no somos más que ese centauro que en cada uno de sus pasos causa miedo y enfermedad a la tierra habitada. La testarudez, nuestras idas y vueltas no nos permiten despegar los pies de esta turbulenta posesión.
Esa mitad es la que hiere, es la que no especula y procede manejando los hilos de este planeta últimamente poco habitable. Cada trozo de vida, de esperanza, de luz, es oprimido por la irracionalidad tuya, de él y mía.
En fin, cualquiera forma un poco de ese todo. Poseemos esa la maravillosa capacidad de comunicarnos y emitir ese sonido que últimamente nos resulta algo molesto. Preferimos el silencio como canal. Volar, de esta aparente realidad, y dejar todo atrás no nos ayuda demasiado. La sencillez y la humildad es lo que precisamos para poner el pecho a la adversidad. Culminar con ese ser de carga, que va por la vida recogiendo las miserias que el hombre abandona en cada esquina.
¿Quién nos cataloga de malogrados? ¿Qué nos impide desplegar nuestras alas? ¿A quién le resulta imposible soñar? ¿Dónde están escritos nuestros límites? Ya ningún paso nos separa de la brutalidad. Es instinto. Es una cuestión de pura sangre.
Saturday, September 3, 2011
Rima consonante
Amor de mis amores
Amor de contrabandoAmor de rompe y raja
Amor de cuando en cuando
Amor a las estrellas
Amor a la belleza
Amor a las cansadas
Amor sin sutilezas
Amor con plenilunios
Amor que deja llagas
Amor con sortilegios
Amor...con amor se paga
Amor de ojos de almendra
Amor de tornasol
Amor y tus pupilas
Amor ...colesterol
Amor abarcador
Amor abrumador
Amor inquisidor
Amor aplanador
Amor desafiador
Amor reproductor
Amor explotador
Amor amor amor...
Monday, July 4, 2011
Juan y sus animales
Juan es un niño muy investigador de animales. El tenía una amiga tortuga que se llamaba Tuga. El caballo y la rana planeaban separarlos.
Un día idearon un plan: llevar una planta de lechuga para distraer a Tuga, pero ella los siguió y cayó en una trampa y se la llevaron al zoológico.
Juan gritaba desesperado: - ¡Tuga, Tuga! ¿Dónde estás amiga mía?-.
Pero Juan no se dio por vencido. Buscó, buscó y buscó hasta que la encontró y le dijo:
- Nunca más te dejaré sola donde quiera que vayas, siempre estaré contigo
Hernán Córdoba. 10 años
Un día idearon un plan: llevar una planta de lechuga para distraer a Tuga, pero ella los siguió y cayó en una trampa y se la llevaron al zoológico.
Juan gritaba desesperado: - ¡Tuga, Tuga! ¿Dónde estás amiga mía?-.
Pero Juan no se dio por vencido. Buscó, buscó y buscó hasta que la encontró y le dijo:
- Nunca más te dejaré sola donde quiera que vayas, siempre estaré contigo
Wednesday, June 8, 2011
Literatura de Junín
Este espacio está dedicado a los autores reconocidos y también a los noveles del departamento de Junín, Mendoza. Aquí se hace mucha y buena literatura y la vamos a dar a conocer. Bienvenidos a este viaje.
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